Corona de la Estatua de la Libertad

La corona de la Estatua de la Libertad es uno de los símbolos más reconocibles del mundo. Sigue leyendo para descubrir su historia, su arquitectura y su significado.

Qué ver dentro de la Corona

El espacio interior de la corona ofrece una vista en primer plano del esqueleto de cobre de la estatua y muestra el trabajo artesanal que se empleó en su construcción. También podrás admirar el simbolismo de los siete rayos y espigas que la adornan.

Al subir al mirador, podrás disfrutar de las vistas panorámicas de Nueva York, de imponentes rascacielos, del puente de Brooklyn y del río Hudson. La vista es realmente impactante y ofrece una perspectiva única de la ciudad y de los alrededores. Desde la corona, también podrás contemplar el puerto

Historia y relevancia

La idea de la Estatua de la Libertad fue concebida por Édouard de Laboulaye, jurista y pensador político francés. Fue un regalo a Estados Unidos para conmemorar su centenario de independencia y celebrar la duradera amistad entre Francia y América. El famoso escultor Frédéric Auguste Bartholdi fue el encargado de diseñar la estatua, mientras que Gustave Eiffel, conocido por su trabajo en la Torre Eiffel, fue el responsable de la estructura interna de la estatua.

La construcción de la estatua se llevó a cabo en Francia y las piezas individuales se enviaron a Estados Unidos. La Estatua de la Libertad, con su emblemática corona, se inauguró el 28 de octubre de 1886 en la Isla de la Libertad, en el puerto de Nueva York.

Construcción y arquitectura de la corona

La construcción y la arquitectura de la corona de la Estatua de la Libertad son un testimonio del arte, el ingenio y la meticulosa artesanía de sus creadores. Diseñada por Frédéric Auguste Bartholdi y construida por Gustave Eiffel, la corona es una extraordinaria pieza arquitectónica.

La corona se sitúa sobre la cabeza de la Dama de la Libertad, lo que contribuye a la imponente presencia de la estatua. Presenta una disposición circular de rayos que recuerda a una corona o diadema real. Estas puntas se diseñaron originalmente para sostener y estabilizar la antorcha original de la estatua, que fue sustituida durante la restauración. Los siete rayos que se extienden desde la corona son una representación simbólica de los siete continentes, lo que indica la importancia mundial de la estatua.

El cobre fue el principal material utilizado en la construcción de la corona, así como del resto de la estatua. Con el tiempo, el cobre ha desarrollado su característica pátina verde, que añade atractivo visual a la corona. El trabajo artesanal de moldear y dar forma a las láminas de cobre, así como la atención al detalle en la creación de las puntas y los rayos, muestran la habilidad y dedicación de los artesanos que participaron en la creación de la estatua.

Las facciones arquitectónicas de la corona no solo contribuyen a la estética general de la estatua, sino que también sirven como un poderoso símbolo. La combinación de púas, rayos y material de cobre representa la libertad, la iluminación y la unidad global de la humanidad.